jueves, 30 de marzo de 2017

RETRASO MADURATIVO

¿Qué se entiende por el término RETRASO MADURATIVO?

El retraso madurativo es el diagnóstico que muchos niños y niñas reciben de orientadores, pediatras, psicólogos y otros especialistas antes de los seis años. En este artículo vamos a explicar en qué consiste y algunas pautas de intervención que como familias, podéis seguir. 
Efectivamente el retraso madurativo (RM) es un diagnóstico inicial que muchos niños de 2 a 6 años reciben. Sin embargo, lo cierto es que se trata de una denominación muy difusa que en realidad aporta poca información.
Retraso madurativo: término diagnóstico
El retraso madurativo  no es un término diagnóstico reconocido por los manuales más importantes de diagnóstico de los trastornos mentales infantiles, por el ejemplo el de la Asociación Americana de Psiquiatría, el DSM, al menos hasta su cuarta edición revisada.
Muchos especialistas lo emplean como un término comodín, cuando se detectan dificultades importantes, pero no se termina de saber a qué corresponde exactamente. En muchos casos, se trata de un primer acercamiento a diagnósticos que más tarde se convierten en capacidad intelectual límite o retraso mental ( pero no siempre es así)
Características del retraso madurativo
Para poder hablar de retraso madurativo  tendrían que darse las siguientes características:
1. Retraso cronológico
En primer lugar, nos encontramos con un patrón de desarrollo que cronológicamente está retrasado respecto al curso de la mayoría de los niños. Este retraso se suele cuantificar entre uno y dos años.
Podemos decir que se trata de un niño o niña, que en algunas áreas de su desarrollo, lleva un desarrollo como los demás niños, pero uno o dos años retrasado.
El desarrollo es más lento, pero  la línea que sigue es la misma que la del desarrollo normalizado.
2. Afecta a varias áreas del desarrollo
Para poder hablar de retraso madurativo tienen que estar afectadas varias áreas del desarrollo. Las áreas del desarrollo que pueden estar afectadas son: motricidad, lenguaje, autonomía personal, control de esfínteres, desarrollo cognitivo, etc.
Tiene que haber varias áreas, dos o tres, al menos. Si solo hay un área afectada hablaríamos más bien de un retraso en ese área. Por ejemplo, si solo está afectado el lenguaje, hablaríamos de retraso del lenguaje; si solo estuviera afectada la motricidad, se hablaría de retraso motor,etc.
Causas del retraso madurativo
El retraso madurativo puede tener diferentes causas; las más frecuentes suelen ser:
1. Prematuridad o bajo peso al nacer
En algunos casos hay unas circunstancias alrededor del embarazo y del parto que hacen que el proceso madurativo sea más lento o parta con retraso. Por ejemplo, es el caso de los niños y niñas prematuros o con bajo peso al nacer.
2. Falta de estimulación
En otros casos, el retraso madurativo está asociado a una pobre estimulación. Por ejemplo, un niño o niña que no recibe una adecuada estimulación del lenguaje, simplemente por otitis muy frecuentes, puede presentar un retraso en el lenguaje. O un niño o niña puede tener un retraso psicomotor por no disponer de oportunidades de caminar, jugar, subir y bajar…
3. Actitudes de crianza
En otros casos, algunos hábitos como el control de esfínteres o la adquisición de hábitos de autonomía personal  (comer, vestirse…) están retrasados por actitudes de crianza inadecuadas.
4. Causa desconocida
Y un gran grupo de niños, tienen un ritmo de maduración más lento por razones que no siempre se pueden explicar.
Diferencia con otros trastornos infantiles
El retraso madurativo es diferente a otros trastornos infantiles. Por ejemplo, es diferente a los trastornos del espectro autista o trastornos generalizados del desarrollo, o a los trastornos específicos del lenguaje o disfasias.
La diferencia principal con estos trastornos está en que, mientras en el retraso madurativo hay un retraso cronológico, pero que sigue la pauta normalizada de desarrollo, en los trastornos mencionados lo que ocurre es una  desviación del patrón normalizado de desarrollo.
Un niño con disfasia o trastorno específico del lenguaje, presenta un problema de comunicación y lenguaje que supone una desviación del curso normal de desarrollo: no es un niño con un desarrollo del lenguaje como si tuviera uno o dos años menos, sino que su lenguaje lleva un curso totalmente diferente. Lo mismo ocurre con los trastornos del espectro autista.
Pronóstico
El retraso madurativo propiamente dicho evoluciona positivamente y el niño o la niña suele desarrollarse y madurar a niveles similares al del resto de niños y niñas normalizados, cuando se dan las condiciones adecuadas.
Sin embargo, en muchas ocasiones, el retraso madurativo se emite como un primer diagnóstico con carácter provisional, ya que en edades tempranas es muy complejo diferenciar entre distintos trastornos infantiles. En estos casos, el retraso madurativo termina en un diagnóstico más específico como el de retraso mental o capacidad intelectual límite, trastorno del espectro autista, etc. 
Pautas de intervención educativa
El retraso madurativo tiene un tratamiento principalmente educativo y rehabilitador. El espacio de esta entrada es insuficiente para poder el explicar todos los aspectos de la intervención educativa que se podrían desarrollar con los niños que presentan este diagnóstico. Sin embargo, les ofrezco algunas pautas a seguir:
1º. Realizar una evaluación
Cuando hay sospechas de que algo parece no marchar bien en algún aspecto del desarrollo de nuestro hijo, especialmente el lenguaje, la motricidad, la interacción con los padres… es conveniente acudir a un especialista para que realice una evaluación.
También es importante considerar las observaciones que nos digan los profesionales de las escuelas infantiles o del colegio. Ellos conocen bien lo que suele ser la pauta habitual de desarrollo y detectan con mucha fiabilidad cuando hay algún problema.
En los niños que todavía no han comenzado el 2º Ciclo de Infantil, tres años o menos, el pediatra y sobre todo los Centros Base de Bienestar Social, son los mejores especialistas a los que acudir para esta valoración inicial.
En el caso de los niños que ya han comenzado Educación Infantil 3 años, los orientadores son los profesionales más indicados.
2. Comenzar la estimulación
La estimulación de niños con posible retraso madurativo puede comenzar, simplemente con la sospecha, aunque no haya un diagnóstico definitivo. La estimulación se lleva a cabo en las áreas afectadas, lenguaje, motricidad, autonomía… y será más efectiva, cuanto más incida en el núcleo del problema.
Existen centros de estimulación infantil como los CDIAT, Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, y en los colegios existen diferentes profesionales que pueden realizar esta estimulación. En otros casos, pueden ser los mismos padres los que realicen esta labor, convenientemente asesorados.
Desconfíen de consejos del tipo: “vamos a esperar a ver si madura. Es preferible realizar una estimulación “preventiva”, que perder el tiempo esperando; porque si luego no ha madurado, desperdiciamos un tiempo privilegiado de mejora.
3. Revisiones periódicas del diagnóstico inicial
Como ya he indicado el diagnóstico de retraso madurativo suele ser en unos casos un diagnóstico inicial con carácter provisional. Es conveniente revisarlo, no solo para ver la posible evolución y afinar la intervención educativa, sino también para establecer el diagnóstico definitivo y más acertado de las dificultades de un niño.
En síntesis, se ha  pretendido exponer en esta entrada una serie de ideas clave sobre el Retraso Madurativo. Espero que sea de utilidad para un primer conocimiento de este término que tanto se utiliza en la etapa de la educación infantil.


lunes, 6 de marzo de 2017

LA GRAN IMPORTANCIA DE UN "NO" A TIEMPO. PON LÍMITES A TUS HIJOS.


Nadie dijo que criar un hijo iba a ser tarea fácil. Puede incluso, no sólo no ser fácil, sino ser extremadamente difícil y agotador. Una de las principales razones para esto es la falta de imponer límites a tus pequeños.

La propia palabra "limites" puede llegar a entenderse como algo negativo, como una forma de dominación sobre los niños. La realidad es que con ellos estamos guiando a nuestros hijos por el buen camino y facilitando su desarrollo y crecimiento personal, no es sino enseñarles.

Ahora bien, ¿qué pasa si no aplicamos límites?
Lo más obvio es crear una falta de respeto a tu autoridad y figura como padre, lo que a la par lleva consigo el que los niños sean manipuladores, impertinentes, poco colaborativos, agresivos, no sepan controlarse, no puedan tolerar la frustración, entre otras.

¿Cómo aplicar los límites?
Nadie nace sabiendo educar o criar a un hijo, y el mero hecho de ser padre no te convierte en automático en un educador de excelencia; es por eso que a continuación presentamos algunas reomendaciones sencillas para lograr imponer límites a los niños.

1. Se objetivo. 
Marca las normas de manera más concreta. En vez de decir "pórtate bien" dile exactamente qué quieres que haga con frases cortas y órdenes precisas como:"Habla bajito en la biblioteca" o "Toma mi mano para cruzar la calle".

2. Da opciones.
Dales la libertad de decidir cómo obedecer tus órdenes. Por ejemplo, a la hora de vestirse diles "¿Quieres elegir tu ropa o lo hago yo". De esta manera haces que el niño sienta que tiene el control pero termina haciendo lo que queremos.

3. Se firme
No significa gritar cuando no obedece, pero habla con voz firme y un rostro serio. Por otro lado, ser firme significa también que las reglas importantes no están a discusión, si la hora de dormir es a las 20 horas procura que todos los días sea igual.

4. Acentúa lo positivo.
Al decir “NO” el niño sabe que no debe hacer lo que está haciendo, pero no entiende cuál es la manera correcta de comportarse. Por ejemplo, en vez de decirle “No grites en la biblioteca”, dile “Habla bajito en la biblioteca”, o en vez de “no corras” di “Camina despacio”; de esta manera será más fácil para él entender qué es lo que deseas y por tanto, aprende a comportarse en cada situación.

5. Explica el por qué.
Cuando un niño entiende las razones de seguir una orden se siente más seguro y es más fácil que obedezca. No des explicaciones largas y complicadas, sino cortas y sencillas como: "No muerdas a los demás, les harás daño". Y por si lo estabas pensando, no, "¡porque soy tu madre!" NO es una buena razón.

6. Desaprueba la conducta, no a tu hijo.
No se trata de mostrar rechazo hacia ellos; antes de decir "Eres malo", di "Eso que estás haciendo está mal".

7. Controla tus emociones.
Cuando estamos muy enojados somos más propensos a ser verbal y físicamente abusivos con los niños. Cuenta hasta diez, cálmate, y entonces sí enfrenta la situación.

Recuerda, no cedas a las rabietas y caprichos de tu hijo/a  porque al final será él quien mande y decida en la casa, y no ustedes como padres. Se paciente, y verás que con cariño, normas claras y un ejemplo amoroso lograrás criar a un hijo educado, seguro de sí mismo y auto suficiente.

MªÁngeles González López.   Prof. Pedagogía Terapéutica.